Dado que la mayor parte de las personas sigue pensando que las termitas solo dañan a la madera, les asombra darse cuenta de que en un instante las termitas han perforado el concreto, el yeso de los muros y han dañado algunos de los muebles y adornos de la casa, algunos libros, fotos familiares y algunas prendas de ropa que hace mucho tiempo que usted no usaba.

La termita es considerada como la plaga estructural económicamente más perjudicial, no solo por los daños que usted alcanza a ver a simple vista, sino por los daños estructurales que usted no alcanza a ver en la cimentación de su casa.

Considere usted lo siguiente: cuando su casa o su negocio fue construido, el responsable de la obra hizo una excavación hasta donde encontró un terreo con la dureza suficiente para soportar el peso del inmueble, sin embargo, con el pasar del tiempo, la termita es atraída hacia nuestra vivienda por la humedad proveniente de las instalaciones subterráneas y el riego a los jardines, por consiguiente comienza a anidar debajo de nuestra casa y empieza a desplazar la tierra que le servía de apoyo a nuestra vivienda. Cuando llega la época de lluvias, se afloja el terreno y la cimentación de nuestra vivienda busca un apoyo que no es suficiente, ya que la termita ha desplazado parte de la tierra que cumplía este propósito.